Siempre he tenido una debilidad por lo que llamo "personas kamikaze". Las llamo kamikaze porque estrellan su avión (de estructura personal), pero se estrellan contra vos, y morís con ellas.
Y en cuanto surge alguna posibilidad de arreglo, algo se enciende en mi mente. Algo dramático o estético me atrae, y voy tras esa persona. Hay cierto ambiente dramático, y eso hace que me enamore de la persona, o que me enamore de la situación de alguna manera. Claro que no me ha ido muy bien con eso, no ha sido ninguna maravilla...
¿Por qué elige uno personas inadecuadas? Yo tengo un par de teorías sobre ésto:
Una es que, en el fondo, uno sabe que no va a funcionar y así sufre. Y de esa forma expía algún tipo de remordimiento o culpa por algo que ignoro.
La otra es que, al igual que todos, nos criamos entre películas y novelas donde el amor imposible es romántico.
Woody Allen.
"Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo..."
lunes, 30 de enero de 2012
Quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado.
"La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella, la borró igual que el departamento de propaganda[...]La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchar por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia"
El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera.
El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera.
domingo, 29 de enero de 2012
Tan cierto como una mentira.
viernes, 27 de enero de 2012
La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.
—No es tanto que ya no sepamos
—Sí, sobre todo eso, no encontrar
—Pero acaso lo hemos buscado desde el día en que
—Tal vez no, y sin embargo cada mañana que
—Puro engaño, llega el momento en que uno se mira como
—Quién sabe, yo todavía
—No basta con quererlo, si además no hay la prueba de
—Ves, de nada vale esa seguridad que
—Cierto, ahora cada uno exige una evidencia frente a
—Como si besarse fuera firmar un descargo, como si mirarse
—Debajo de la ropa ya no espera esa piel que
—No es lo peor, pienso a veces; hay lo otro, las palabras cuando
—O el silencio, que entonces valía como
—Sabíamos abrir la ventana apenas
—Y esa manera de dar vuelta la almohada buscando
—Como un lenguaje de perfumes húmedos que
—Gritabas y gritabas mientras yo
—Caíamos en una misma enceguecida avalancha hasta
—Yo esperaba escuchar eso que siempre
—Y jugar a dormirse entre nudos de sábanas y a veces
—Si habremos insultado entre caricias el despertador que
—Pero era dulce levantarse y competir por la
—Y el primero, empapado, dueño de la toalla seca
—El café y las tostadas, la lista de compras, y eso
—Todo sigue lo mismo, se diría que
—Exactamente igual, sólo que en vez
—Como querer contar un sueño que después de
—Pasar el lápiz sobre una silueta, repetir de memoria algo tan
—Sabiendo al mismo tiempo cómo
—Oh sí, pero esperando casi un encuentro con
—Un poco más de mermelada y de
—Gracias, no tengo.
Diálogo de ruptura, Un tal Lucas, Julio Cortázar.
—Sí, sobre todo eso, no encontrar
—Pero acaso lo hemos buscado desde el día en que
—Tal vez no, y sin embargo cada mañana que
—Puro engaño, llega el momento en que uno se mira como
—Quién sabe, yo todavía
—No basta con quererlo, si además no hay la prueba de
—Ves, de nada vale esa seguridad que
—Cierto, ahora cada uno exige una evidencia frente a
—Como si besarse fuera firmar un descargo, como si mirarse
—Debajo de la ropa ya no espera esa piel que
—No es lo peor, pienso a veces; hay lo otro, las palabras cuando
—O el silencio, que entonces valía como
—Sabíamos abrir la ventana apenas
—Y esa manera de dar vuelta la almohada buscando
—Como un lenguaje de perfumes húmedos que
—Gritabas y gritabas mientras yo
—Caíamos en una misma enceguecida avalancha hasta
—Yo esperaba escuchar eso que siempre
—Y jugar a dormirse entre nudos de sábanas y a veces
—Si habremos insultado entre caricias el despertador que
—Pero era dulce levantarse y competir por la
—Y el primero, empapado, dueño de la toalla seca
—El café y las tostadas, la lista de compras, y eso
—Todo sigue lo mismo, se diría que
—Exactamente igual, sólo que en vez
—Como querer contar un sueño que después de
—Pasar el lápiz sobre una silueta, repetir de memoria algo tan
—Sabiendo al mismo tiempo cómo
—Oh sí, pero esperando casi un encuentro con
—Un poco más de mermelada y de
—Gracias, no tengo.
Diálogo de ruptura, Un tal Lucas, Julio Cortázar.
jueves, 26 de enero de 2012
Cada vez iré sintiendo menos y recordando más.
"A partir de cierta edad, nuestros recuerdos están tan entrecruzados unos con otros, que la cosa en que pensemos, el libro que leamos, apenas tiene importancia. Hemos puesto algo de nosotros en todas partes, todo resulta fecundo, todo es peligroso y se pueden hacer descubrimientos tan precisos en los Pensamientos de Pascal como en un anuncio de jabón."
Marcel Proust.
Marcel Proust.
miércoles, 25 de enero de 2012
No avanza el tiempo para nosotros: gira.
"Tengo por fuerza que recordar cada detalle del desfile de mis trágicos instantes. No se ha borrado de este cerebro destinado al dolor o a la desesperanza, nada de lo acaecido en el transcurso de aquellos lamentables años. Me acuerdo de cada matiz ahogado de tu voz, de cada gesto y de cada nervioso movimiento de tus manos, de cada una de tus palabras amargas, de tus frases cargadas de ponzoña. Me acuerdo del muro o del bosque que nos circundaba; del punto de la esfera en que se encontraban las agujas del reloj, y del rumbo del viento, y de la forma y de la tonalidad de la luna".
La tragedia de mi vida, Oscar Wilde.
La tragedia de mi vida, Oscar Wilde.
jueves, 5 de enero de 2012
Miente, miente que algo quedará.
“-Sólo el amor pasajero es eterno. Es amor que se va, pero no muere. La ausencia hace que los romances duren para siempre-" Y, dicho esto, se iba.
Las crónicas del Ángel Gris, Alejandro Dolina.
lunes, 2 de enero de 2012
Querido pequeño ser:
Quiero contarle algo extremadamente placentero e inesperado que
me pasó: hace tres días me acosté con el pequeño Bost. Naturalmente fui
yo quien lo propuso, el deseo era de ambos y durante el día manteníamos
serias conversaciones mientras que las noches se hacían
intolerablemente pesadas. Una noche lluviosa, en una granja de Tignes,
estábamos tumbados de espaldas a diez centímetros uno del otro y nos
estuvimos observando más de una hora, alargando con diversos pretextos
el momento de ir a dormir. Al final me puse a reír tontamente mirándolo y
él me dijo: "¿De que se ríe?". Y le contesté: "Me estaba preguntando
qué cara pondría si le propusiera acostarse conmigo". Y replicó: "Yo
estaba pensando que usted pensaba que tenía ganas de besarla y no me
atrevía". Remoloneamos aún un cuarto de hora más antes de que se
atreviera a besarme. Le sorprendió muchísimo que le dijera que siempre
había sentido muchísima ternura por él y anoche acabó por confesarme que
hacía tiempo que me amaba. Le he tomado mucho cariño. Estamos pasando
unos días idílicos y unas noches apasionadas. Me parece una cosa
preciosa e intensa, pero es leve y tiene un lugar muy determinado en mi
vida: la feliz consecuencia de una relación que siempre me había sido
grata. Hasta la vista querido pequeño ser; el sábado estaré en el andén y
si no estoy en el andén estaré en la cantina. Tengo ganas de pasar unas
interminables semanas a solas contigo.
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