"Más extraño aún: ese calor, esa complicidad, esa simpatía siguen actuando hoy en jóvenes, argentinos y europeos, que no lo conocieron. Casi todos los años, en contacto con ellos, no me asombra ver que respetan a Borges, a Onetti, a Rulfo, a Arguedas. Como grandes escritores, como maestros. Pero a Cortázar le toman cariño personal; lo sienten amigo, compañero(...) Pero también esa voz que viene de sus textos, que todavía hoy sigue viniendo de tantos de sus textos: una voz semejante, muy cercana, muy próxima y muy prójima, una voz empecinadamente juvenil que habla del juego y de la vida. Conozco cartas de enamorados jóvenes y no tan jóvenes que siguen citando líneas suyas para decir lo que aún no saben o no puede. Y éste es quizás su seguro mayor contra el olvido. Haber escrito las palabras que otros pronunciarán en medio del amor".
El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en soledad. Detrás de este triste espectáculo de palabras tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no me haya muerto del todo en tu memoria.
Julio Cortázar, la biografía, Mario Goloboff.
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